BOLSAS PLASTICAS Y PERROS ASESINOS
BOLSAS PLASTICAS Y PERROS ASESINOS
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Intentaremos abordar dos noticias en temas que nos tocan. Estas son el anuncio de ley de bolsas plásticas para la costa y la última huemul muerta por ataque de perros.
Entre 2013 y 2014 un sinnúmero de municipios, tras el ejemplo de Pucón, promulgaron o al menos lo anunciaron, ordenanzas para evitar las bolsas plásticas en sus territorios. Recordamos que hasta se notó en el comercio local. Pero, esa buena iniciativa se frustro con un dictamen de la Contraloría en contrario. Dicen que fabricantes de bolsas reclamaron porque vieron afectados sus derechos constitucionales. Y claro, esto da para preguntarse ¿Y qué pasa con los derechos constitucionales de millones de chilenos a tener un medioambiente sin contaminación y su derecho a que el estado vele por eso? Si no recuerdo mal, en ese entonces el tranquilizante del Ministerio del Medio Ambiente fue que iban a trabajar en una ley para eso. El único proyecto de ley que conocemos desde entonces es aquel del reciclaje (¡bienvenido sea!), el cual por lo visto tampoco le gustó a la industria, por lo cual parece estar durmiendo en algún escritorio. La cuestión es que si los fabricantes de bolsitas y quienes las expenden encuentran que se vulneran sus derechos ¡entonces que se hagan cargo de recogerlas! La otra posibilidad era el llamado a evitar las bolsitas voluntariamente y una campaña concientizadora: Nada. Es más, últimamente hasta las verduras en la feria local las meten en bolsitas…O sea vamos en dirección contraria.
Y ahora, nada menos que desde las Naciones Unidas se nos anuncia una ley para prohibir las bolsas en comunas costeras a causa de su impacto en la vida marina. Si bien nos alegra muchísimo esta iniciativa, también nos hace preguntarnos ¿Y qué pasa con las comunas no costeras donde pasan cauces que llevan las bolsitas al mar? O comunas donde el viento las arrastra al mar, a los causes o provocando contaminación y afectando a la fauna terrestre, lacustre, de río. Solo vale recordar que en la Patagonia Argentina prácticamente no quedan municipios donde se usen las famosas bolsitas de plástico, y que sepamos, la vida humana y comercial allá no ha sufrido mayormente. Además, vale agregar que si fueran taaaan necesarias las bolsitas, también las hay de material biodegradable. Pero bueno ¡en nuestro país los derechos industriales contaminantes parecen ser intocables! Por otra parte, nos preguntamos si esa ley para evitar las bolsas en la costa incluirá aquellas de las salmoneras y si incluirá otros plásticos que se usa en la industria pesquera y acuícola de la “producción limpia”, de los cuales hay un completo muestrario en nuestras costas y bajo las aguas, aparte que es una cantidad miles de veces mayor que las bolsitas ¿Servirá para que esa industria saque sus toneladas de plásticos fondeados ? Soñar no cuesta nada.
Y en cuanto a la huemul gestante asesinada la semana pasada por ataque de perros en Cochrane, una más, nos parece que nos repetiremos el plato de lo escrito en noviembre pasado: http://www.eldivisadero.cl/redac-40781. ¿Y cuantas veces más? En este caso también hubo un intento de regulación legal, el de los perros “asilvestrados” que ante las críticas “animalistas” fue rápidamente retirado. Tampoco hubo algo mejor a cambio. ¿Vamos a esperar la muerte de cuantos ejemplares más de esta especie en peligro de extinción para hacer algo solucionador? Y no solo los huemules sufren con los perros, también matan ganado y otras especies. Como habitantes del borde urbano los famosos perritos nos han matado al menos 25 gallinas, patos, gansos y gatos; inclusive hubo dos potrillos ajenos asesinados. A alguno de esos perros les conocemos su dueño, otros aparecen en patota desde la ciudad y otros, abandonados, andan ahí al cateo. Aparte de aquellos con hambre, los perros se entretienen en eso, es parte de su ser, se ceban y no falta el que les enseña a los otros. También hay vecinos que se dedican a matar perros sin miramientos. Además, ya van tres mordidas este año por perros (dos por el mismo de la plaza).
De lo leído en estos días sobre el tema, nos llamó la atención que según un experto en la materia “el perro asilvestrado no es tal sino que son conocidos y tienen dueños, un perro abandonado no es un perro asilvestrado y el problema de fondo es la mala alimentación de esos canes (pobreza rural y urbana). O sea, se necesita un esfuerzo en que la cultura rural incorpore mejores prácticas de alimentación (vale lo mismo para la hidatidosis), restricción de movimiento e identificación de los perros, tomando precauciones, además de buscar formas de fiscalizar el abandono de perros urbanos”. La cuestión es que en esto hay una responsabilidad concerniente a varios servicios públicos que no se coordinan, ni solucionan el fondo del problema y lo que han hecho hasta ahora con gastos millonarios (hidatidosis), no ha mostrado resultados positivos. ¿Es que en la institucionalidad hay nadie que se la juegue por resolver esta conjunción de problemas (vida silvestre, áreas protegidas, ganado, perros, enfermedades de ganado y perros, humanos y sus problemas y responsabilidades)?