Nueva Constitución
NUEVA CONSTITUCION
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Parece es hora de retomar un tema que nos tuvo ocupados a fines del año pasado, hasta con cabildos de por medio: la nueva Constitución. Una que algunos rechazan y otros no tienen fe en que llegue a ser realidad (poderes facticos de por medio). Y pasa que ahora, tras meses centrados en la pandemia y sus efectos, nos estamos percatando que tenemos plebiscito ad portas y comienza a movilizarse la ciudadanía. Un tema muy político, por mas que algunos piensen que no lo es como nos hemos encontrado por ahí ¡estamos hablando de la Constitución Política de la Republica!, donde las ONGs ambientales no somos muy bienvenidas y en las cuales tenemos socios que probablemente puedan tener diferentes posiciones, las que evidentemente respetamos.
Por eso que para empezar, vale dejar en claro que somos parte de la Sociedad Civil por la Acción Climática y ahí entre todas las organizaciones participantes acordamos que estamos por aprobar la confección de una nueva Constitución y votar por la Convención Constitucional. De hecho hay un grupo que está trabajando y profundizando en el tema. De ahí a que todos estemos contentos con la forma en que llegamos a esto y con Convención y su forma de elegirla, en vez de Asamblea Constitucional, es otra cosa. Muchas veces las cosas no se dan como nos gustaría o incluso como debiera haber sido, pero habrá que asumir la realidad no más y a veces es mejor avanzar de a pasitos, a quedar con nada. Igualmente, no entendemos el miedo a crear entre todos una carta magna ciudadana que ojalá nos satisfaga a moros y cristianos y nos permita tener una Nación mejor. En todo caso, para quienes no entienden la diferencia, entre las posibles opciones a votar en octubre, esta aquella de la Convención Mixta constituida en 50% por parlamentarios; o sea de forma parcialmente democrática representativa – por políticos profesionales abanderizados en partidos y que están bastante desprestigiados. La segunda opción, la Convención Constituyente se conforma con todos su miembros electos directamente y ahí va a haber discusión por la forma de elegirles, porque tendremos listas y candidatos de los partidos políticos y está por verse hasta que punto habrá espacio para candidatos independientes. El que sea una Convención en vez de una Asamblea, nombre conocido de otros países, es porque hubo políticos partidistas a quienes no les gusto ese nombre. O sea, pasa a ser un problema semántico. Esto nos lleva a la primera demanda para la nueva constitución: mayor democracia participativa, directa y de base. La mejor forma de superar nuestra actual realidad, conflictividad y movilizaciones que nos llevaron al estallido social es precisamente el que exista más y mejor democracia. A esa que la partidocracia y poder establecido parecen tenerle terror. A esto desde ya le podríamos agregar una democracia mas descentralizada. Por lo demás, para quienes esgrimen argumentos economicistas; mayor democracia siempre sale mas barato que mayor represión, destrucción y violencia.
Las demandas para la nueva constitución, por lo que se ve, son de lo mas amplias y diversas y posiblemente prevalezcan por ahora las sociales puestas por el estallido. En esto evidentemente hay un mínimo común múltiplo, el del bien común por sobre aquel individual, el del Estado solidario en vez de aquel subsidiario, el del derecho a educación, salud, previsión, vivienda, trabajo y los pueblos originarios. También hemos visto mucho la demanda del agua como derecho y bien común y la inclusión de los derechos de la naturaleza y de una sociedad más ecocéntrica. Por cierto que están también aquellos que querrán mantener las seguridades que les otorga la Constitución vigente y que será necesario de una u otra forma de considerar. Porque si no la movilización y conflictos vendrán desde ese otro lado. De hecho ya hay atisbos.
En esto de – soñar no cuesta nada- con los contenidos de la nueva constitución, está el riesgo de las falsas expectativas. En todo caso, una Constitución no soluciona todas las demandas sociales, culturales y ambientales existentes. Pero si ayuda a eso, en sentar bases que hagan posibles los cambios en esos ámbitos. Por nuestra parte, además, pensamos que sin un profundo cambio cultural y del modelo económico neoliberal extractivista – egoísta que nos tiene convertidos en Nación enferma, llenos de problemas psicosociales, seguiremos mal. Al menos habrá que evolucionar hacia, un modelo social de mercado sustentable y respetuoso de las leyes ecológicas y de la naturaleza. ¿Sera mucho pedir? Y ojalá a uno donde nuestra finalidad de existir sea el ser, orientado a la perfección que la naturaleza tiene en sí; la ética por la vida, la belleza y el amor. Eso es lo que hace años intentamos con la propuesta- modelo Aisén Reserva de Vida.