De Gira «Socioambiental y Turística»
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
La semana pasada anduvimos junto a Erwin Sandoval y Patricio Segura de CODESA y Sofia Barrera y Marcos Emilfork de FIMA de gira en Bahía Catalina, Guadal, Los Maquis, Rio Tranquilo y Las Manos de Cerro Castillo. De vuelta en Coyhaique, sostuvimos algunas reuniones con autoridades y tuvimos una presentación sobre Conflictos Socioambientales en Aisén. Finalmente fuimos a Puerto Aisén a una presentación sobre Turberas y Loteos junto con AyCiencia.
Uno de los aspectos comunes de todo este periplo, aparte de los conflictos ambientales, fue cierta incidencia o relación con el turismo.
Las cascadas de Los Maquis estaban imponentes con el río crecido, el lugar es hermoso y las dos veces que fuimos había varios visitantes, aparte de nosotros. La central hidroeléctrica esta terminada y abandonada, creció de 500.000 KW a 1 MW con derechos de agua adicionales, su impacto visual es grande, aun hay escombros y basuras de la construcción y están por verse sus demás impactos. Eso, en un campo – propiedad privada ya bastante estropeado y en erosión por el ganado. Vale recordar, que está en una Zona Nacional de Interés Turístico donde extrañamente no se le menciona como hito. Guadal, así como muchos poblados más, está bastante cambiado e indudablemente vive cada vez más del turismo, el que se ha desarrollado de forma bastante espontanea y sin mucho apoyo, ni demasiado convencimiento. Un ejemplo de lo contrario, a propósito del caso de Los Maquis, es como se hizo en Las Manos, frente al Cerro Castillo; hacerse de la propiedad, excluir el ganado y establecer un circuito con explicaciones. Y claro, en Los Maquis ahora enfrentan otro desafío aun mayor que es “convivir” con la hidroeléctrica, un proyecto con evaluación de impacto ambiental post construido, que por lo que sabemos, dista de dejar conformes. En todo caso, lo más importante en el turismo, es creérsela, ser creativos y que sus actores tomen la iniciativa cuando la autoridad no lo hace. Y claro, también prepararse para y ejercer el turismo comunitario sustentable, tal como se hizo en Castillo y Tortel donde estuvimos trabajando en eso años atrás y lo cual ha rendido sus frutos.
Por ahí cerca, en Bahía Catalina apreciamos como Miriam Chible y Pato Segura emprenden en forma diversificada y no les va mal. Igual sucede en Rio Tranquilo en los casos que conocemos de cerca de Tamara Ulrich y Francisco Croxatto (El Puesto) y Daniel Torres y Emilia Astorga (Destino Patagonia).
Ahí en Tranquilo, estuvimos conversando con algunos operadores turísticos sobre las concesiones salmoneras en el Parque Nacional Laguna San Rafael e impactos de esa industria, algunos bien conocidos por ellos, como las basuras y muerte de ballenas, hasta en la misma laguna. Pretendíamos ir a ese lugar, pero un frente de mal tiempo lo impidió. En todo caso, el tema de contingencia ahí era el acceso al Glaciar Exploradores, el cuál CONAF tiene cerrado a causa de un informe de la DGA sobre inestabilidad en parte del hielo. La cuestión es que la solución no parece ser demasiado complicada, si hay voluntad de las partes, pero se ha ido demorando, con lo que los operadores que viven de eso, están muy nerviosos. Rio Tranquilo, junto con Tortel, son tal vez los lugares de desarrollo turístico más vertiginoso en el sur de la región, ese que no hace muchos años nadie creía en él.
Y vaya que cuesta que en nuestro país extractivista se crea, incentive y apoye al turismo ejercido desde las propias comunidades, no aquel industrial masivo. Es cosa de ver como se suele fiscalizar y complicar la existencia a las PYMES turísticas, mientras, por ejemplo, los grandes entran raudos a la laguna San Rafael sin siquiera pagar entrada y las salmoneras se instalan, sobreproducen y contaminan e invaden con especies exóticas, en áreas aptas para la acuicultura fijadas por la institucionalidad y sin evaluación ambiental, hasta dentro del parque. En todo caso, algo parecido ocurre con las mineras en otros parques y tampoco se atreven con ellas. Y a propósito de esto último, llevamos varias décadas denunciando los problemas ambientales y riesgos por parte de los pasivos mineros y relaves, en lo cual en su tiempo, Puerto Cristal tuvo record nacional de plomo en sus habitantes y en Alto Mañihuales, a causa de unas vacas muertas por plomo y arsénico, se supo que había también siete habitantes sobre la norma de metales pesados. Sin embargo, hasta hoy las acciones que se toman para subsanar estos graves problemas son absolutamente insuficientes.
Y terminando con nuestra gira, en Puerto Aisén, las científicas de AyCiencia en su exposición sobre el gran humedal que es ese lugar, también terminaron por recomendar el aprovechamiento alternativo y turístico, a la destrucción de las turberas, tal como se hace en alguna parte de Chiloé.
- foto: nuestro grupo en la Cascada de Los Maquis