Peter Hartmann Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Con esto de la guerra en Ucrania y la de Israel arrasando la franja de Gaza, mas los huties lanzando proyectiles a barcos en el Mar Rojo, más los ánimos guerreros de otras naciones y los discursos odiosos y belicistas de algunos gobernantes y políticos, ha reaparecido el fantasma de la guerra, el miedo y la cercanía de esta posibilidad a países que estaban contentos de olvidar la Segunda Guerra Mundial y la “Guerra Fría”. Y con eso contagian a medio mundo. Y no es que en los años de ausencia de guerra fría en Europa no haya habido guerra en alguna otra parte del planeta. De hecho, las ha habido, especialmente en Oriente Medio (mas o menos visibles) y otras con millones de víctimas en África, prácticamente desconocidas.

Fue Juan Pablo Orrego,  quien conversando en nuestro programa de radio “La Otra Cara de la Moneda” nos trajo a este tema, mostrando como Chile es un exportador de materias primas para la industria bélica y lo absurdo de la guerra. En lo cuál por cierto coincidimos (no en vano mi padre y abuelo estuvieron en las guerras mundiales, con lo que el tema toca de cerca). Esto del belicismo, también acá, últimamente esta fuerte, se nota en el lenguaje, en las actitudes, en el dejar hacer de quienes debieran poner atajo. Y el armamentismo igual esta muy, demasiado, presente, no se si solo nos pasa a nosotros esto de que en las noticias mundiales y redes sociales este saturado de tanques, misiles, aviones y naves de guerra. El negocio de armas sin duda va en alza y hasta países como Alemania y Japón que tenían un compromiso constitucional pacifista, están volviendo a rearmarse.

Según el World Game Institute; USA, 1991, el total de gastos militares mundiales en ese entonces era de un billón de millones de dólares anuales. Una cifra estratosférica que cuesta imaginársela. En todo caso, con solo un cuarto de esa suma se podrían solucionar todos los graves problemas que aquejan a la humanidad, como proveer agua limpia y segura (US$ 50 millones de millones, un 1/16 del total de los gastos militares). ¡Evidentemente la solución de esos problemas evitaría, además, mas de algún motivo para armar guerra! Entonces, cuando se escucha a los gobernantes y políticos mencionar que  “no hay plata” , acuérdese de estos datos.

Esto de la guerra como solución es lo mas absurdo que hay, al igual que pretender solucionar algún problema de forma violenta. Esto del lenguaje de los “enemigos” es el comienzo, continua en que “es necesario armarse porque si no el enemigo se aprovechara y nos atacara”, sigue en los extremismos nacionalistas y la propaganda en medios de comunicación y sistema educacional y la glorificación de la guerra. Es cosa de ver la cantidad de películas bélicas que hay actualmente en el tapete, buena parte encargada, por lo demás, a Hollywood por el Pentagono. Sí, también hay aquellas excepciones que muestran el otro lado, pero terminan perdiéndose en la marea destinada a espectadores ávidos de acción. Acción desde el sillón, porque evidentemente esto de ir a matar “enemigos” desde el sillón, al igual que lo hacen los políticos, es re fácil.  En esto se suele olvidar que los enemigos esos, asesinados legalmente gracias a una declaración de guerra, son humanos iguales a nosotros, hermanos y separados por fronteras ficticias o de otro color o religión. ¡Que mas absurdo que matar a un hermano por pseudo motivos religiosos y que se use este subterfugio para inflamar odio! Peor aún, la mayor cantidad de víctimas de las últimas guerras no son militares, los cuales suelen estar protegidos, armados y preparados, sino, cada vez más civiles, mujeres y niños indefensos.

Además, las guerras y violencia traen sus efectos indirectos como el hambre en las zonas en conflicto, la trasgresión de los derechos humanos y la alteración del comercio mundial. En el caso de Ucrania, afectó al menos, al precio del petróleo y gas y al mercado alimenticio, en especial del trigo y maíz y sus subproductos. Ucrania y Rusia son los mayores productores mundiales de ellos. A propósito de los derechos humanos y la existencia de la Organización de la Naciones Unidas para evitar guerras, esta claro que en estos casos suele prevalecer el derecho del mas fuerte, la verdad e intocabilidad del vencedor y los status de potencia mundial con hipócrita derecho a veto. O sea, todas las buenas intenciones con que fue creada esa organización se van a trasto.

Finalmente, como aprendimos con D. Hernán Contreras Manfredi sobre calidad de vida, la guerra es la antítesis de ella y en donde y cuando sea ¡se debe evitar a toda costa!

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