Ley de Protección de Turberas
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Como ya es público, hace unas dos semanas atrás la Comisión Mixta que estaba viendo la “Ley Pompon” o de Protección de Turberas aprobó por unanimidad una nueva versión elaborada por el Ministerio del Medio Ambiente en base a las versiones anteriores, las consideraciones de los integrantes de la Comisión y una Comisión Científica convocada para asesorar a los parlamentarios. Aparentemente, antes no se había tomado mucho en cuenta la opinión objetiva de los científicos, algo que nos ha extrañado también en el trámite de otras leyes en el Congreso. Como que ahí prima la opinión subjetiva de grupos de interés.
Vale recordar, que todo esto comenzó hace varios años en un proyecto de ley elaborado por senadores cuyo objetivo primordial era la protección de las turberas. Este proyecto paso a la Cámara de Diputados donde se le agregaron varios artículos, en especial la prohibición de la explotación del Sphagnum o Pompon, lo cual fue logrado principalmente desde Chiloé donde este musgo tiene gran importancia en la retención y almacenaje de agua. En la versión de los diputados apareció también la prohibición de la importación de turba, lo cual causo extrañeza y conspiro contra esa iniciativa. La cuestión es que a los senadores no les gusto que les cambiasen su proyecto y así surgió uno de los mitos sobre este tema, el de que habría hasta veinte mil personas viviendo de la explotación del Pompon, cuando las cifras oficiales de cosechadores autorizados actualmente es de unos 1300. Como el Senado no aceptó la versión de la Cámara Baja, el debate paso a una Comisión Mixta para aunar criterios.
En el actuar de la Comisión Mixta influyó mucho la participación de la ministra de Medio Ambiente con varios asesores y la posición de que era viable proteger las turberas, pero no el pompón. También se tuvo en cuenta el nuevo Código de Aguas y la ley del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, SBAP, que en algunos de sus artículos tratan este tema. Por lo tanto, la versión que se aprobó al final refleja esa realidad. Vale agregar que participaron, además de los parlamentarios y la ministra y sus asesores, invitados de los gremios extractores (que hicieron varias aseveraciones bastante insólitas y falsas) y de Defendamos Chiloé. El famoso tema de los empleos siguió presente, causando preguntas que no tuvieron respuesta, pero principalmente en que se argumentó de que no había piso para transición justa de empleos y que en el caso de los proyectos de extracción de turba eran solo tres.
La semana pasada conversamos con Defendamos Chiloé y otras organizaciones del sur con un asesor del ministerio de Medio Ambiente. Las organizaciones chilotas y que venían proponiendo la prohibición de la explotación del Pompon, plantearon su disconformidad y molestia porque el ministerio no se la haya jugado por la protección. Y nosotros pensamos que se esta chuteando hacia adelante este tema con tal de dejar contentos a los extractivistas y que la turbera es un ecosistema del que forma parte el Sphagnum, por lo que insistir en separarlos es un error. También pensábamos que se estaba convirtiendo en ley el famoso DS 25 con el cual se ha estado explotando el pompón, sin existir fiscalización apropiada, provocando la degradación de las turberas. La respuesta del asesor fue de que esta ley no es lo mismo que el DS 25, sino que ahora se exigirá un Plan de Manejo Sustentable aprobado por el SAG y el SBAP, que habrá un reglamento que debe elaborarse y que ahora serán ambos servicios los fiscalizadores. O sea, se le sube la valla a quienes quieran sacar musgo. En cuanto a lo ecosistémico y la sustentabilidad de explotar un musgo que en Aisén crece 4 mm al año, tenemos serias dudas, aunque si existe la intención de realmente aprobar solo planes que cumplan con las condiciones que fija la ley, tal vez sea posible. En todo caso, tendrán que demostrarlo. La verdad es que tenemos nuestras dudas sobre estas leyes un tanto teóricas y confiando en que todos los actores actúan velando por el bien común. Y ahí hay otro desafío, aquel cultural, para que la gente entienda el porqué de la importancia en cuidar ese ecosistema y no se tenga que estar recurriendo a medidas coercitivas y punitivas. Por otra parte, nuevamente va pasar al menos un año antes que entren a regir las nuevas protecciones, dejando las turberas y pompón a merced de los extractores.
Y con respecto a esto de sacar leyes dejando contentos a los extractivistas, su lobby y mitos bien publicitados, esta preocupante, más aún, cuando está en ciernes el proyecto para modificar la evaluación de impactos ambientales para darle en el gusto a quienes reclaman por la demora en la tramitación. Una cosa es acortar tiempos y otra mejorar la calidad de esas evaluaciones para evitar demoras. De hecho, hay quienes piensan que así como está la realidad del Congreso hoy, no tiene sentido intentar pasar leyes ambientalistas, ya que ahí se las arreglaran para echarlas a perder.
Finalmente, en el sobrevuelo que realizamos el fin de año pasado, observamos la explotación de la turbera ubicada en El Pangal – Puerto Aisén y un tremendo dren que evidentemente matara, al menos parte, de esa turbera y que tiene toda la cara de ser ilegal, al menos en lo que respecta al nuevo Código de Aguas y el DS 25.
- Foto de dren en turbera al Este de Pto. Aisén