¿Quien para la Destrucción de Zona de Protección y Pulmón de Coyhaique?
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Una visita del fin de semana anterior a nuestro vecindario, aquí en el borde urbano Sur de Coyhaique, faldeos del Divisadero, nos tiene nuevamente quebrando lanzas por el bien común y el ambiente. En este caso, uno bastante cercano.
Desde hace un tiempo notábamos que estábamos empezando a ver desde nuestra propiedad las luces y casas de mas al oriente, sector precisamente de la Circunvalación Oriente Poniente, cosa que antes no ocurría al haber ahí una densa franja de reforestación de las quebradas Mac Kay, Los Saltos y Las Lumas, por las cuales en 1966 y 1977 bajaron aluviones desde la montaña arrasando con todo y cuyos vestigios aún son visibles. Es por eso, que ahí el Plan Regulador definió una gran Zona de Restricción. La cuestión es que hace rato no nos asomábamos por ese lugar; la vez anterior fue en diciembre pasado y nos llevó a denunciar el basural en que esta convertido ese sector al final de la calle Alfonso Serrano. Y también le mencionábamos en ese entonces a la Brigada de Delitos Ambientales, que ahí se continuaba cortando y robando árboles enteros, lo cual los propietarios habían denunciado ya anteriormente. En esa ocasión, ante denuncias varias desde el vecindario, “alguien” solucionó parcialmente el problema mandando a bloquear el acceso hacia Alfonso Serrano con escombros.
Ilusos pensábamos que se había acabado el problema, pero nos encontramos con camionetas leñeras metiéndose a ese lugar, la Quinta 38, desde la vecina Quinta 37 (Parcela 37 B, propiedad de la Constructora L&D). Los paramos, y otra vez pensamos que se acababa el robo y destrucción de esa plantación de protección.
Pero, en esa visita del fin de semana anterior, nos sorprendimos al constatar que desde la denuncia de diciembre se cortaron al menos cien árboles en ese lugar. ¡Una verdadera tala rasa! En esa visita también descubrimos que quienes están cortando, destruyendo y hurtando, entran al lugar por un acceso a través de la parte posterior (Sur) de la vecina Quinta 39 donde hay unas casas relativamente nuevas y donde indudablemente son testigos y posiblemente cómplices de lo que ocurre ahí.
Si bien lo que ocurre ahí, es porque la Quinta 38, propiedad de la Sucesión Soto (la dueña dicen es una viuda que vive en Punta Arenas), está abandonada al igual que la Parcela 37 B, facilitando la labor de los buitres que se llevan todo lo transportable; llevan sacando sobre 300 m3 de madera /leña o sea sobre 15 millones en ganancias. Ese abandono y vandalismo ya lleva años, en los cuales ya casi no queda cerco, se quemó la construcción que había ahí y hay un ocupante que la usa para tener gratis sus caballos y que por cierto también es testigo o cómplice del vandalismo. Por cierto, también esta el peligro de incendio en verano, de hecho, hay vestigios de varias fogatas.
Por otra parte, ese lugar Zona de Restricción por su riesgo, reforestado hace décadas por CONAF con fondos fiscales, constituye (cada vez menos) un pulmón para la ciudad humeante y era paseo, parque y hasta cancha de futbol para el vecindario, lo que se ha ido perdiendo con el basural y masacre de árboles. Si bien la Sucesión Soto esta intentando vender esa Quinta en un elevado precio, al menos la mitad de ella es Zona de Restricción, lo cual le da un carácter mas bien de parque y de servicio ecosistémico y calidad de vida a la ciudad. Hasta ahora, por lo visto, no hay alguna inmobiliaria y menos aún el SERVIU, que aporte un parque a la ciudad con una urbanización diferente a lo acostumbrado. Ahora, claro, también la Municipalidad podría hacer un Seccional de ese sector, para definir y gestionar un parque y facilitar las cosas.
Entonces, lo que ocurre ahí no solo es la invasión y la apropiación indebida de un bien particular y la ilegal corta en orillas de quebradas, sino que también de bienes fiscales y beneficios a la ciudad y está en juego el riesgo y seguridad ciudadana. Es más, apreciamos ahí diques con árboles cortados obstruyendo el cauce y que pueden llevar a provocar un aluvión.
Finalmente, si bien hemos estado quebrando lanzas infructuosamente, aún tenemos la esperanza de que alguna autoridad gubernamental, policial o del poder judicial dentro de sus facultades y responsabilidades haga algo para evitar que continúe la destrucción de este pulmón, parque, cauces y protección a la ciudad. Por desgracia, este es otro de esos casos de legalidad en la que no queda muy clara que autoridad seria la responsable de evitar esta destrucción y en que identificar a los responsables implica trabajo de investigación, en lo cual el vecindario puede contribuir bastante. Y en eso estamos.