Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Si hay algo en que no cabe mucha duda es del poder del Estado Salmonero. Ya lo aprendimos en los tiempos de Alumysa cuando dieron vuelta al Senador Zaldivar en su favor. Y mientras nosotros estábamos dedicados a ese megaproyecto y luego a las sin represas en la Patagonia, ellos se tomaron todo el borde costero, zonificación incluida. Desde esa época, de hace décadas, han aprendido hasta a ganarse a la comunidad que antes los odiaba y a comprarse hasta a parte de los pescadores que tampoco los pasaban. De hecho, últimamente han aparecido camuflados tras varias organizaciones civiles nuevas y bien financiadas.  Para que hablar de la bancada de parlamentarios salmón, donde hemos observado como alguno no trepida en mentirle a sus colegas defendiendo “su” industria.

En esas décadas de crecimiento salmonero descontrolado, según la propia Contraloría, se tomaron incluso las áreas “protegidas”. Esas, destinadas a conservar y proteger la biodiversidad y paisajes excepcionales. Una biodiversidad de alto valor hasta hoy casi desconocida priorizada como de importancia para la conservación mundial, en la cual la industria esa usa y contamina a destajo antibióticos, pesticidas, aditivos, desechos orgánicos y sólidos, mata o diezma ballenas, lobos marinos, huillines, aves, larvas y demás fauna marina, disemina virus y FANs e invade con una especie exótica predadora y sus enfermedades.

No hace mucho esa industria y su bancada mostro su poder al imponer su parecer en la votación sobre la ley del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas bloqueando un artículo que habría permitido volver a proteger las Reservas Nacionales. Hoy se ufanan de que ganaron, cuando fue un empate que evito la aprobación. Y ahora patalean porque el Ministerio del Medio Ambiente comienza a aplicar el resto aprobado de esa ley. Lo más insólito, es que el coro de llanterío salmonero comenzó por los parlamentarios que debieran conocer esa ley (entre ellos Calisto y Raphael) ya que en el Congreso demoraron trece años en su tramitación y ahora hacen como que hubiese algo ilegal, irregular, tramposo. La cuestión es que harían bien en ocuparse en leer  esa ley antes de hacer show, ya que así denigran la política. Aunque bueno, suelen dedicarse a eso ya por costumbre aprovechando la ignorancia de los inocentes ciudadanos y trabajadores, que no tienen porque saberse las leyes. Asimismo, la dirigencia y prensa salmonera entro a usar su ya habitual lenguaje amenazador. A tanto que hasta alguno de sus mercenarios transmitió que el gobierno esta gobernando con decretos ¡cuando lo que hizo es un instructivo para la aplicación de la ley!  Esa parte de la ley que ahora se fijan que no les gusta.  Y la verdad, es que nunca conviene declararle la guerra al gobierno, porque si bien puede perder una batalla, sigue teniendo la sartén por el mango en muchos otros aspectos.

La cuestión es que, entre otros de esos aspectos, esta la zonificación del borde costero, la caducidad de concesiones, la fiscalización, la aprobación de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios y los planes de manejo de las áreas protegidas.

La cuestión es que esta guerra además denota la crisis del crecimiento, de sostenibilidad ni hablar, de que la salmonicultura de mar interior toco techo. O sea, no pueden pretender seguir creciendo en base a ocupar y devastar libre e impunemente bienes nacionales y áreas protegidas. Si bien se mencionan las reservas nacionales Las Guaitecas y Kawésqar como el meollo del problema y que es su área de expansión, vale hacer presente que la RN Las Guaitecas ya está prácticamente copada y la discusión se centra en el Parque y Reserva Nacional Kawésqar, donde reclaman que hay varias acciones legales y administrativas que les tienen paralizadas la tramitación de relocalización y de nuevas concesiones.  Y la verdad es que ahí todo indica a que van a seguir teniendo problemas y no solo por la ley SBAP. De hecho, estamos reclamando a la Contraloría el incumplimiento de la Ley de Pesca y Acuicultura, entre otros, en la existencia de Áreas Aptas para la Acuicultura hasta en parques nacionales, donde no pueden existir. O sea, en esto del poder del estado Salmonero hay mucho, mucho, de facilidades a destajo para que se instalen donde quieran. Así es como descubrimos hace unos días, revisando las concesiones de Cooke Aquaculture en el Parque Nacional y Reserva de la Biósfera Laguna San Rafael, que ahí, cercana, también dentro del parque, hay una relocalización de concesión en trámite. Y uno no se explica como es posible algo así, cuando la Contraloría ha dictaminado ya varias veces y desde hace al menos una década que las salmoneras en parques nacionales son ilegales. Y a propósito de eso, las empresas salmoneras que tienen concesiones en parques nacionales, lo más inteligente que pueden hacer es salir de ahí, como gesto de buena voluntad y evitar malos ratos y gastos en judicialización.

Finalmente, vale comentar el argumento salmonero de que “sin concesiones no hay salmonicultura” ¿Y qué hay de las 407 concesiones que tienen abandonadas con causal de caducidad? ¿Porque no usan sus concesiones mejor, en vez de insistir en acaparar más? ¿Porque en eso no cumplen la ley y la autoridad no la hace cumplir?

  • Foto del mar interior de Aisén del Dr. Rer. Nat.Carlos A.Viviani.

 

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