BALANCE Y DESAFíOS DEL AÑO NUEVO
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Junto con desear a todas y todos quienes nos leen acá un buen y feliz año, no está demás hacer un poco de balance, tal vez atrasado, del año pasado y de mirar hacia adelante con que desafíos nos trae este año. Una formalidad si se quiere, ya que los años comienzan cada día y para algunas culturas comienzan en otras fechas.
El 2021, en lo internacional, otra vez estuvo dominado por la pandemia, aunque el cambio o emergencia climática reapareció con fuerza con el último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático y la COP 26 en Glasgow. Vale recordar, que el informe citado encendió la alerta roja en la ONU y sin embargo la COP nuevamente tuvo resultados bastante “diplomáticos” para no decir magros, ante el lobby de las empresas y algunos gobiernos petroleros y carboneros, mas aquellos que aun estiman que pueden seguir aniquilando los bosques con argumentos de soberanía nacional. A esto se suma cierta campaña paralizante con soluciones tecnológicas y a fin de año la película “No miren arriba” que por más hollywoodense que sea, a estas alturas ya parece documental del devenir diario. En la COP nos asombró además, el espacio dedicado por primera vez a las turberas, las mismas que en Chile hasta ese entonces se ninguneaban.
En lo nacional, lo principal estuvo centrado en la Convención Constitucional en la cual están cifradas muchas expectativas de Constitución ecológica, del buen vivir y por los derechos de la naturaleza. Aquí también nos llamó la atención como los defensores del neoliberalismo y depredación, al igual que en la COP, coparon los espacios de audiencia, mientras el calor, la sequía y desierto se hacían muy presentes ya en la Zona Central. Otros hechos relevantes, fueron el informe de Auditoría de la Contraloría General de la República sobre el dejar hacer a la salmonicultura por parte de la institucionalidad acuícola y ambiental y aquel, también lapidario, sobre Derechos Humanos en la Industria Salmonera del Instituto Nacional de Derechos Humanos . También la presentación de proyectos de ley para proteger las turberas y para sacar las salmoneras de las áreas protegidas, en lo cual por cierto vemos nuestro propio “No miren arriba”. En el tema energético el debate se lo llevo el litio y la novedad fue el hidrógeno verde, muy inflado como panacea y aporte nacional.
En lo regional, además de los temas nacionales de los que somos parte y en lo cual la ballena muerta en la Laguna San Rafael con una cañería plástica en su hocico, sea tal vez lo más simbólico en lo marítimo y de los basurales salmoneros (que según Sernapesca fueron solucionados) , a lo cual vale agregar lo ocurrido en otoño con la “floración algal” cuando hubo consenso científico en que las salmoneras alteran los ecosistemas marinos y no deben estar en fiordos en que hay escasa recirculación del agua y de sus desechos orgánicos. En lo que refiere a las turberas, nos encontramos que también hay cierto consenso por parte de quienes investigaron el tema, en que antes de intervenirlas es necesario estudiarlas y que tienen un alto valor de retención de carbono (mayor a los bosques) y de biodiversidad. Aparte que esas intervenciones suelen destruir su frágil equilibrio. O sea, estamos lejos aún de su manejo o explotación sustentable. ¡Si es que fuera posible ese oxímoron! Algo avanzamos en el trabajo por salvar al abejorro, en que otra vez nos encontramos con el negligente actuar comprobado por la Contraloría de la institucionalidad. En otro orden, nos alegramos sobre el fallo del Tribunal Ambiental de Valdivia en que nuevamente da la razón respecto a la necesidad de exigir estudios de evaluación ambiental de proyectos en áreas de protección oficial, esta vez sobre la central hidroeléctrica de Los Maquis ubicada en Zona Nacional de Interés Turístico. Igualmente, la Superintendencia del Medio Ambiente puso en su lugar a la minera Equus respecto a la necesidad de esos estudios para las exploraciones que hace en Los Domos y Cerro Bayo, en un Sitio Prioritario de Protección de la Biodiversidad. Nos enorgullecemos además, de nuestras acciones administrativas y comunicacionales por un mayor respeto a las áreas verdes y espacios públicos, así como la difusión del reciclaje y lugares donde acudir. Y como tema emergente de gran importancia, fue aquel de la avalancha de proyectos de loteos inmobiliarios, también “dejando hacer” por quienes corresponde.
Como desafíos nacionales y regionales para este año, vemos la imperiosa necesidad de que la institucionalidad vuelva a funcionar bien y cumplir con sus roles asignados y hacer cumplir la ley, también al Estado Salmonero y las mineras. Y esperamos ansiosamente la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y el nuevo Servicio Forestal que esperamos algo pueda contribuir a lo anterior. También hacemos fuerza para la existencia de la nueva Constitución (más) ecológica. Y cuándo se habla de cerrar las termoeléctricas, acá nos gustaría que las energías renovables no convencionales entren a reemplazar las térmicas diésel y el humo de algunas ciudades, pero no a costas del ambiente. Y junto a esa energía limpia descontaminar Coyhaique con áreas realmente verdes y arborizando sus calles. Esperamos además los parlamentarios están a la altura de tramitar la ley de protección de turberas y la modificación a la ley de pesca para sacar las salmoneras de las áreas protegidas en las cuales habitualmente están con dudosa legalidad. En eso esperamos además podamos avanzar con acciones legales.