Hacia un Nuevo Modelo Forestal
HACIA UN NUEVO MODELO FORESTAL
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Vale recordar que la Región de Aisén es aquella con mayor superficie de bosque nativo del país, la que con ese bosque salva al país en secuestro de carbono ante el cambio climático y que tiene también una apreciable cantidad de plantaciones forestales y una superficie aun mayor para reforestar o restaurar urgentemente, o tal vez mejor aún, dejar que se recupere el bosque nativo. Mientras el gobierno sigilosamente y aprovechando la pandemia “calibra” la Estrategia de Desarrollo Regional (¿qué se traerá entre manos?), sería bueno recordar que ese bosque a recuperar y que perdimos con los incendios promovidos por el Estado, perfectamente da para una importante arista del desarrollo sustentable en esa estrategia.
Como venimos insistiendo hace tiempo, el bosque, su restauración y plantar árboles, también en la ciudad, se ha convertido en uno de los más importantes desafíos y necesidades mundiales ante las crisis del cambio climático y de biodiversidad. Y en Aisén podemos contribuir sustancialmente a este fin.
Dicho lo anterior, pasamos a recordar que desde hace veinte años los “Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo”, AIFBN, y otras organizaciones de la sociedad civil como CODEFF, vienen advirtiendo la necesidad de y promoviendo un nuevo modelo forestal nacional. Y ahora, la AIFBN lanza el libro editado por LOM “Chile necesita un Nuevo Modelo Forestal”, escrito por veinte autores. Ese lanzamiento del lunes pasado, fue presentado por Pablo Parra, Presidente de AIFBN, Jennifer Romero de AIFBN, y los profesores universitarios expertos en el tema, el Ing, Forestal Luis Astorga, el abogado Cristóbal Balbontín, y el antropólogo José Bengoa.
El actual modelo forestal, surgido durante la dictadura, fue sindicado en promover la desigualdad, pobreza rural y destrucción de los ecosistemas. Además se debe tener en cuenta que el DL 701 con el cual se legalizo la plantación de monocultivos bonificados por el Estado, con dineros de todos los chilenos, sirvió para la concentración del sector forestal en cuatro grandes consorcios, haciendo millonarios a personajes como Angelini y Matte. Vale agregar, que en los últimos años las exportaciones de este sector han sido de US$ 1000 millones /año con grandes utilidades para las empresas, mientras las zonas de esas plantaciones se convertían en símbolo de indicadores de pobreza, falta de desarrollo y conflictividad. En los últimos años, además, se han ido identificando nuevos problemas, como la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, falta de agua y los incendios, trayendo consigo una tremenda ausencia de seguridad.
El nuevo modelo y paradigma que se propone, pretende avanzar hacia la sustentabilidad y el libro mencionado trata sobre: 1. revisar el rol del sector forestal y seguridad nacional reduciendo la vulnerabilidad climática; 2. incorporar los nuevos desafíos como el ordenamiento territorial y planificación, el cambio climático, los incendios y el suelo; 3. incluir y visibilizar a la gente en los territorios, en especial a los pueblos originarios, por un buen vivir y trabajo digno; 4. respeto a los ecosistemas, estrategias de cuencas, productos forestales no madereros, biomasa energética (24% de la matriz); 6. educación forestal universitaria; 7. gobernanza, ética, asociatividad, rol del Estado, sinergias, Código de Aguas y Constitución; 8. ¿cómo se implementa? Proceso participativo, urgencia. Finalmente, se resaltó la importancia del “bienestar con equidad” y del “respeto hacia la naturaleza”.
Entre los aspectos tocados por el abogado Balbontín, estuvo la actual realidad de la desregulación del bosque nativo y el modelo de sustitución, la ausencia de ordenamiento y planificación territorial, la precarización de la conservación del bosque, el modelo extractivista, el bosque como propiedad privada y el cuidado del medio ambiente como derecho individual. Planteo en cambio, la necesidad de reconocer los derechos de los pueblos originarios, reconocer los derechos de la Madre Tierra y los derechos de los seres vivientes por sobre los individuales y la naturaleza como bien común público, más aún en la actual crisis pandémica – ambiental. Para esto es necesario reformar la Constitución (lo que ya se había planteado antes del estallido social).
A su vez, el antropólogo Bengoa contó experiencias de como el reemplazo del agro por plantaciones de monocultivos en la Araucanía trajo como consecuencia comunidades abastecidas de agua por camiones aljibe y el “conflicto mapuche”. Igual planteo la urgente necesidad de reemplazar una CONAF inconstitucional y sin facultades por el Servicio Nacional Forestal descentralizado.
Finalmente, respecto al “valor económico” del medio ambiente, se debatió sobre de que valía la pena comparar con los costos de la pandemia del Covid 19, y empezar a considerar los costos del cambio climático. A causa de esto, alguien agregó, que se calculan todos los servicios ecosistemicos globales en US$ 38 billones/año al 2000, lo cual equivale al producto nacional bruto de todas las economías del mundo.
Entonces, Aisén Reserva de Vida tiene todo para ser líder en contrarrestar el cambio climático y secuestrar carbono, así como en restauración de biodiversidad y desarrollo sustentable, en beneficio de la vida del planeta y todos las y los habitantes regionales.